Estamos asistiendo a un repunte de la conflictividad laboral, derivado de la política de ajuste; es decir, de un aumento del grado de explotación del capital. Algunas de las luchas han tenido una dimensión estatal (teleoperadores, camareras de hotel, Ferrovial, estiba...) Junto a ellas, un interminable rosario de conflictos locales.
Muchos de los sectores implicados se caracterizan por la ausencia de regulación en sus condiciones laborales, lo que conlleva una sobre-explotación. Esto se conoce coloquialmente como precariedad, lo que desmiente, en la práctica, las teorías que contraponen una clase trabajadora fordista, es decir, sindicada y presente en grandes empresas, a un precariado totalmente indefenso, al que ...
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