Por la vida y el trabajo, unfiquemos las luchas

Presentación y materiales de la campaña

La pandemia del coronavirus (COVID-19) impactó sobre la recuperación de la economía mundial y española, que venían dando síntomas de ralentización en los últimos tiempos. La COVID-19 ha destruido no solo vidas, sino también empleo.

La consigna no declarada de todos los partidos políticos parlamentarios y de los empresarios sobre la “nueva normalidad” parece haber sido la de que mantengamos la actividad económica y asumamos la compatibilidad de un cierto número de muertos y enfermos con el objetivo de recuperar el beneficio capitalista. Eso mientras se nos lanzaban mensajes desde las instituciones como “Este virus lo paramos unidos”, como si los intereses de capitalistas y trabajadores fueran los mismos o como si el coste de la devastación recayese por igual sobre unos y otros.

Las agresiones a la clase trabajadora van a dar un salto cualitativo por la mano ejecutora del gobierno de turno del capital. Pensiones, sanidad, desempleo, así como los servicios públicos que aliviaban la sobrecarga de trabajo que sufren sobre todo las mujeres de nuestra clase sufrirán más recortes y deterioro. A través de nuevas legislaciones favorables a los intereses de acumulación del capital y por la presión de los empleadores, serán millones los trabajadores y trabajadoras, en la economía legal y en la sumergida, que se verán abocados a jugarse la vida y la salud ante la amenaza pandémica de salir a trabajar sin las suficientes y necesarias garantías de seguridad con tal de no perder sus empleos.

La clase trabajadora necesita organizar las duras luchas que se avecinan desde una perspectiva general y global. En defensa de la salud y el empleo y en defensa de lo parcial, sí, pero también del conjunto de intereses de la clase, con el fin de presentar batalla con alguna posibilidad de arrancar alguna conquista. En caso contrario nos vamos a encontrar a cada sector y a cada categoría profesional arrinconados, derrotados, e incluso enfrentados unos trabajadores frente a otros...

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Nuevo texto: febrero de 2021

A lo largo del 2020 el Espacio de Encuentro Comunista ha estado denunciando la gestión sanitaria y económica de la pandemia de COVID-19, dejando claro que es imposible separar ambos aspectos. Desde el mismo 15 de marzo ya advertimos que las repercusiones en nuestra salud y en nuestro sustento vienen marcados por la clase social a la que pertenecemos. Así, los trabajadores que pudieron mantener el empleo, con ERTE o sin él, no pudieron seguir más reglas que las que marcaba su patrón, ya fuera trabajar sin medios de protección, pagárselos ellos mismos, coger las vacaciones forzados, trabajar en casa asumiendo los gastos, infectarse en transportes públicos atestados, convertirse en trabajadores esenciales de la noche a la mañana, etc. La lista la puedes completar con tu propia experiencia...

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Video para la difusión

(enlace a youtube)

Reacciones y publicación en medios

 

Reivindicaciones

 

Pero para que los objetivos finales tengan un anclaje en las necesidades inmediatas de nuestra clase, el Espacio de Encuentro Comunista (EEC) plantea las siguientes reivindicaciones:

  • Trabajar por la confluencia de sectores y colectivos en una jornada de lucha común, entendiendo esta jornada como punto de partida de un proceso que prepare la huelga general. Solo la huelga general de trabajadores activos, desempleados, pensionistas e irregulares puede dotar las demandas de clase del alcance político al que las movilizaciones parciales no llegan.

  • Toda lucha desde sectores de nuestra clase que necesariamente deba darse de forma parcial debe ser apoyada por el resto de la misma. Cualquiera de sus luchas es nuestra lucha.

  • La salud no se vende, se defiende. Medidas de protección y prevención en todos los centros de trabajo. Exigencia al gobierno de su vigilancia y sanción cuando no se produzca. En el transporte público, el que utiliza fundamentalmente la clase trabajadora, medidas de seguridad y prevención que minimicen al máximo las posibilidades de contagio. Fin de los contratos temporales, en fraude de ley, que cubren suplencias de días e incluso horas, y que el personal sanitario femenino y las limpiadoras arrastran durante décadas.

  • Incorporación de medios técnicos y humanos a la sanidad de titularidad y gestión pública a nivel nacional hasta hacer compatible la prevención y el normal tratamiento de las enfermedades habituales con los casos de coronavirus.

  • Mantenimiento de los ERTEs el tiempo que sea necesario hasta la recuperación de la actividad en las empresas afectadas

  • Pensión mínima igual al salario mínimo

  • Ninguna prestación por desempleo debe ser inferior al salario mínimo, y todas cotizarán para la jubilación. Ello incluye tanto la contributiva, como la de subsidio y la de mayores de 52 años.

  • Las prestaciones sociales de la Seguridad Social volverán a estar calculadas respecto al salario mínimo, y no respecto al IPREM introducido por Zapatero. Serán gestionadas a nivel estatal y tendrán la garantía y suficiencia económica del Estado.

  • No a la separación de fuentes del Pacto de Toledo.

  • No a la separación de las prestaciones contributivas y no contributivas en la Seguridad Social.

  • No debe transferirse la gestión del IMV a comunidades autónomas o ayuntamientos.

  • Agilización y resolución inmediata de las solicitudes del IMV

  • Ningún desempleado (regular o irregular) debe quedar sin prestaciones. Nativa o extranjera, somos la misma clase obrera.

  • No a la derivación de ninguna gestión o asistencia social al tercer sector (ONG, etc). La solidaridad no puede ser gestionada desde el voluntariado laico o religioso.

  • No a la legalización de la prostitución como “un trabajo más” y de los vientres de alquiler, que se dirigen especialmente a la explotación de los cuerpos y capacidad reproductiva de las mujeres de nuestra clase.

  • Demandamos inversión en la modernización de unos centros educativos obsoletos y deteriorados tras la privatización de los servicios de mantenimiento, limpieza y cocina, así como la creación de nuevos centros educativos que den cobertura a toda la población en edad escolar. La supresión de los conciertos a los centros privados sería suficiente financiación para garantizar una enseñanza primaria y secundaria pública, universal y de calidad.

 

 

No os lamentéis, organizaos