En estos momentos el discurso comunista no goza de una mínima difusión en la sociedad. Los partidos comunistas de voto mayoritario en occidente enmascaran sus siglas dentro de coaliciones de marca blanca, defienden programas políticos y económicos de corrección del capitalismo y evitan en su discurso cualquier mensaje que pudiera ser interpretado como una salida de tono dentro de los límites impuestos por el sistema.
Esta precaución al hablar, quizás al pensar, se ha contagiado a la militancia. Y no hablamos de aquellos para los que el lenguaje ambiguo es una manera de medrar en busca de un sillón. Por desgracia, los comunistas de corazón que militan ...